Banda Sonora: “Drive”

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La música en el cine siempre ha sido fundamental. Desde los albores del séptimo arte, la música, por aquellos tiempos creada por artistas que actuaban en directo en las salas, sirvió para aportar cualidades y expresión a la imagen. Esta combinación de imagen y sonido es la que llevó el cine al éxito y más cuando a finales de los años 20 se grabó la pista sonora en el celuloide.

Una de las bandas sonoras originales más populares de los últimos años es la de Drive. Dice la leyenda que Ryan Gosling se reunió en un cafetería con Nicolas Winding Refn para hablar del proyecto. Pero el director danés llegó algo perjudicado a la cita. Se había tomado algunos medicamentos de más y la cosa no funcionó. Llegó la hora de irse y Gosling se ofreció a llevar a Winding Refn en su coche.

Fue en ese momento cuando, a lomos de un deportivo y con música ochentera, ambos se empezaron a entender. No sabemos si hubo también intercambio de medicamentos, pero Gosling y Winding Refn cambiaron impresiones sobre gustos musicales, grupos míticos y anécdotas de todo tipo. Y Drive empezó a carburar.

Pocas veces en los últimos años, una película ha contado con una introducción más impactante. Los primeros cincos minutos de Drive atraparon a espectadores de medio mundo. El misterioso personaje interpretado por Gosling recibe una llamada y se dispone a actuar. Poco después empiezan las notas de Nightcall. Luces de neón, ambiente noir, un protagonista subyugante y una canción magnífica que nos lleva a la electrónica más ochentera. Mucho tenía que empeorar la cinta para que no se convirtiese en una película de culto tras esa intro.

Y no lo hizo. Drive supuso para Ryan Gosling un nuevo empujón a su carrera, ya en pleno éxito. Inspirado en los personajes duros, parcos en palabras, de pasados turbios pero con buen corazón, este conductor se veía inmerso en una historia en la que debía tomar partido. Deseoso de olvidar su pasado, debía enfrentarse a un destino trágico. Un planteamiento clásico regado con varias perlas musicales de gran éxito.

Cliff Martínez, antiguo batería de Red Hot Chili Peppers, se ocupó de dar cohesión a la banda sonora. Su música ya había estado presente en títulos como Sexo, mentiras y cintas de video, Solaris, Wonderland o, más recientemente en El Inocente. Y como acompañamiento varios grupos y colaboraciones como las de Lovefoxx, Kavinsky, Desire, o Collage. Todo para formar una banda sonora que será recordada durante muchos años.