Crítica | “Begin Again”

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Aunque lo intentemos es muy difícil no hablar de Once al referirnos a Begin Again, así que no lo vamos a intentar. John Carney triunfó allá por 2006 con la cinta protagonizada por Glen Hansard y Markéta Irglová. Varios premios importantes incluyendo Oscar a la mejor canción para Falling Slowly. ¿Qué tiene Once que sin ser una película asombrosa en ningún aspecto, emociona en tal grado? No sé, muy buenas canciones, eso es evidente. Pero, además, tiene algo que podríamos llamar autenticidad, esa palabra tan difícil de explicar y que, precisamente en la música, tanto se utiliza a la hora de reivindicar o atacar a un artista.

En Begin Again no podía faltar la conversación sobre la autenticidad en la música. Pero lo que a nosotros nos interesa ahora es la autenticidad de los personajes y la historia que plasma John Carney en esta nueva visita al musical urbano. Al sustituir a dos músicos metidos a actores, por dos actores metidos a músico y productor, la cosa cambia. Ok, no pasa nada, pero Keira Knightley canta, sí, pero tocar, no toca mucho…

Y luego está el amigo Adam Levine de Maroon 5 que cantar, canta (con varios falsetes marca de la casa). Pero su presencia en la historia no acaba de funcionar, tal vez porque su personaje es un poco antipático, porque tampoco es muy necesario, porque tenemos la sensación de que se está promocionando (y no lo necesita) o por todo a la vez. Así, tras un notable arranque de película, nos hundimos en la butaca esperando que termine el flashback de Levine y Knightley. Suponemos que John Carney ha tenido que introducir algún arreglo comercial en su nuevo disco.  No es lo mismo trabajar para Weinstein Company que para Samson Films. Los productores aprietan, hay que vender discos…

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Pero Mark Ruffalo regresa pronto. Su personaje es lo mejor de la película, fantásticamente interpretado, quizás un poco sobreactuado, pero captando el tono de productor pasadito de vueltas tras 20 años en la industria. Ya lo hemos dicho en otras ocasiones, ¿cómo sabemos si un intérprete está bien? Si deseamos que aparezca en cada escena. Eso nos pasa con Ruffalo.

Tal vez la historia de Begin Again no esté tan bien tejida como la de Once, y tal vez, bueno, tal vez no, seguro que las canciones de Begin Again no alcanzan a las de Once, pero la nueva película de John Carney sigue manteniendo ese aura enternecedor y entusiasta. Carney ama la música, pero lo más importante, sabe transmitir ese amor a través del cine. ¿Cómo? Con algunas escenas maravillas y, sobre todo, con los pequeños detalles: un plano que se extiende más de lo normal, un gesto por parte de un actor, un diálogo natural, como grabado de improviso en la misma calle… Eso no falta en Begin Again.

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Y las escenas: Ruffalo imaginando las posibilidades de la canción de Knightley en el bar, la impresionante interpretación de Keira en la canción que manda a Levine por teléfono, el divertísimo momento protagonizado por CeeLo Green en su mansión, la grabación del tema en la azotea, con el solo de la hija de Ruffalo (¡vaya si sabe tocar la niña!), y tal vez la joya de la corona: el instante en el que Ruffalo le explica a Knightley cómo la música transforma la banalidad de este mundo, cómo una escena callejera normal adquiere, con música de fondo, increíbles connotaciones poéticas. Eso es la música, amigo.

Begin Again no es Once, ok, pero tras ver la película abandonas la sala más vivo, y eso es de lo mejor que se puede decir de una cinta de estas características.

Lo Mejor: la habilidad para transmitir el amor por la música y su valor a través de una historia sencilla. La delicadeza  en los detalles. La interpretación de Mark Ruffalo. Las escenas citadas.

Lo Peor: El disco tiene dos o tres canciones un poco comerciales que hacen perder autenticidad al conjunto.  No es redondo como lo fue Once.

One Response

  1. angara fahise mayo 3, 2016