Crítica: “Capitán Phillips”

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Capitán Phillips ha sido una de las películas mejor valoradas en Estados Unidos durante 2013. Cuenta la historia real de un secuestro de un barco mercante norteamericano por piratas somalíes. A la dirección está Paul Greengrass, cineasta consagrado gracias a El mito de Bourne. Tras ella llegaron United 93, la tercera parte de la saga Bourne y Green Zone, esta última de nuevo con Matt Damon.

La historia que narra Capitán Phillips le venía como anillo al dedo al director británico. Greengrass se ha especializado en cintas de acción con matices políticos. Su estilo ágil vuelve a aparecer en Capitán Phillips. Sabe mantener la tensión a través de un montaje acelerado y su movimiento nervioso de cámara. Poco se puede añadir a este respecto. Quien conozca la trayectoria de Greengrass, ya sabe lo que le espera.

La cinta se inicia con la salida del hogar del capitán (Tom Hanks). A veces nos preguntamos si son necesarias estas referencias familiares en una película de este tipo. Pero luego recordamos que se trata de un producto hollywoodiense de alto presupuesto. Es importante que el personaje principal tenga mujer e hijos y sea un trabajador honesto y profesional. Así, se supone, el espectador sentirá más empatía por el protagonista. Si secuestran a un soltero de 50 de años sin familia no da tanta pena… ¿O qué?

Son esos detalles los que lastran un poco la película. Tom Hanks vuelve a interpretar al prototipo de hombre familiar y trabajador que trata de manejar una situación límite con aplomo. Somos de los que aun echamos de menos al Hanks de los 80, aquel actor de comedia cuya sola presencia ya hacía gracia. Más tarde pasó a representar ese tipo de héroe que tanto gusta en Estados Unidos, ya fuese como soldado, abogado o astronauta. Ahora, capitán.

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¿Cuándo es buena una película basada en hechos reales? Es difícil responder a esa pregunta. Ser fiel a los hechos no es suficiente, ni siquiera imprescindible. Una película es un producto de ficción, y tiene que atenerse a ello. Si queremos ser fieles y objetivos, hacemos un documental. En este sentido, no sabemos el grado de fidelidad que tiene Capitán Phillips con respecto a los hechos. Está basada en un libro escrito desde la óptica del propio capitán, no del pirata somalí que está en prisión…

Por lo tanto, a la hora de valorar esta película, nos atenemos a lo que vemos en la pantalla. Y aunque la cinta trata de ofrecer algunos pequeños detalles sobre la vida de los piratas, Greengrass y compañía hacen girar toda la historia en torno al capitán y su forma de afrontar el secuestro.

Como cinta de acción, Capitán Phillips funciona bien. Greengrass sabe elevar la tensión a medida que la película avanza, alcanzado picos de gran intensidad en la fase final. Los mejores momentos de la historia llegan en esa última parte del metraje, con una secuencia asfixiante dentro del bote salvavidas. Y, sobre todo, el anticlímax con el capitán siendo atendido por un médico. Hanks saca lo mejor de sí mismo en esa escena, aparentemente irrelevante, pero que dibuja de forma notable a un hombre derrumbado tras vivir una situación límite.

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Pero Capitán Phillips no es mucho más que una eficaz cinta de acción. A Greengrass y a los guionistas se les ve el plumero cuando aparece la marina, los SEALS y todo lo demás. Todo es profesionalidad y gestión impecable de la situación, mientras los piratas somalíes no dan pie con bola. Suponemos que un espectador norteamericano pagará sus impuestos con más entusiasmo una vez que vea esta película. Todo ese dineral invertido en armamento y defensa sirve para salvar vidas de norteamericanos…

El mito de Bourne funcionó a la perfección porque era un thriller de acción y espionaje sin pretensiones. Capitán Phillips toca un tema muy espinoso  (la piratería en el Índico) y pasa de puntillas sobre él, concentrándose en el drama que vive el héroe Hanks. Por ello, la cinta no es suficientemente satisfactoria. Preferimos al Greengrass más lúdico.

Lo Mejor: Algunas escenas alcanzan elevados picos de tensión. El anticlímax del capitán en la enfermería.

Lo Peor: Se dejan en un segundo plano las motivaciones de los piratas y la película lo acusa.

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