Crítica de “Tesis sobre un homicidio”, con Ricardo Darín

Hernán A. Golfrid firma su segundo despropósito encarnado en “Tesis sobre un homicidio“, trhiller argentino que pretende pasar por una buena película de intriga. Ya decía yo que algún bodrio iba a tragarme tarde o temprano, que el nivel de las películas anteriores no iba a sostenerse indefinidamente, pero considero que eso es bueno. Me da pie a despejarme, a poder moverme del asiento a, en fin, sacar esa vena rabiosa que tenemos todos cuando nos sentimos estafados.

Ricardo Darín no es garantía de que la peli no salga rana, pero él sumado al tentador de los productores de “El secreto de sus ojos que se escucha en el tráiler, pues me hicieron caer en la trampa de pensar que “Tesis sobre un homicidio” sería una buena propuesta para retomar el cine argentino. Nada más lejos. Se la tengo jurada al equipo completo de la película, desde Golfrid hasta Patricio Vega, pasando por Sergio Moure y Rodrigo Pulpeiro (los responsable de la música y de la fotografía respectivamente).

El argumento es el siguiente: Roberto Bermúdez (Ricardo Darín) es un abogado retirado que imparte un posgrado de Derecho Penal. Entre los estudiantes se encuentra Gonzalo (Alberto Ammann), que destaca no solo por su brillantez natural y por ser un pesado (porque lo es), sino porque conocía a Roberto de antes, aunque hace mucho tiempo que no se veían. La relación se retoma por encima y ambos siguen con sus vidas cuando un día cualquiera una chica joven que trabajaba en la cantina de la facultad aparece asesinada. Roberto cree que ha sido Gonzalo por unos detalles, así que se pone a investigar el crimen por su cuenta.

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La historia no arranca mal si pasamos por alto que algunos argentinos hablan con un motor en la boca que va a más de 220 km y el oído del “gallego” tiene que acostumbrarse. No pasa nada, están en su derecho de no querer vocalizar. En el cine social que se hace aquí en España a veces me he encontrado casos parecidos, así que no es ninguna clase de reproche, solo un dato que añado con alevosía porque tengo toda la intención de ensañarme con “Tesis sobre un homicidio”. Perdón, retomo. Empieza bien. Se nos presentan a los personajes intentando matizarlos; a Roberto le damos un halo de resignación vital, pero también gusto por su trabajo. A Gonzalo lo imbuimos de misterio: es joven, guapete y plantea cuestiones que pueden resultar interesantes al espectador, cosas que seguro que hemos pensado alguna vez.

Después del crimen de la mujer de la cafetería, nos despedimos de la posible inteligencia en el guión. Va todo en picado. Roberto se obsesiona. Igual que él, nosotros también sabemos quién ha sido el asesino y, como esto es tan, tan, tan, pero tan predecible, estimo que al director no le interesa ni un pelo que juguemos al “quién lo ha hecho” o “¿y si no fue…?”; prefiere centrarse en el método que sigue Roberto y los pasos que da su investigación al margen de la policía. Desde luego, hace un trabajo denodado, sacrificado, abnegado… Siguiendo su corazonada, le lleva la contraria al forense, roba algunas pruebas, hace una intensa búsqueda en Google (da a la tercera con lo que busca con unos términos poco específicos) y hasta se mete en la casa de Gonzalo.

esis-sobre-un-homicidio_80802[1]“Tesis sobre un homicidio” no es la clásica persecución del gato y el ratón; es más bien la bitácora de un abogado que hace todo lo posible para autoinculparse. El premio a la sensatez se lo lleva cuando (y perdonad que os lo cuente, pero es que es muy fuerte) se cuela en la casa del presunto asesino, ve un ticket de la compra y se va al supermercado para ver si los guantes de latex, el formol y la jeringuilla pueden imitar la cantidad del ticket que vio. No contento con pagarlo y llevárselo, ¡guarda esas cosas en su propia casa! Es un comportamiento muy lógico para un abogado de vasta experiencia, desde luego.

Espantosas incoherencias como ésta llenan el thriller y hacen de él que sea una pérdida de tiempo. El mayor interés lo encontramos en dos o tres diálogos que hablan de conceptos tan afilados como la justicia y lo legítimo, de Pablo Picasso o cierto consejo que el pupilo recibe. “Tesis sobre un homicidio” encontrará su lugar perfecto a las tres de la tarde en cualquier cadena porque, al menos, vale una siesta.

¿La habéis visto? ¿Qué os parece? Si habéis leído el libro, ¿me lo recomendaríais o me sentiría igual de estafado?

6 Comments

  1. Rohasha abril 28, 2013
  2. efrain leiva junio 6, 2013
  3. erika febrero 12, 2014
    • Larry febrero 25, 2014