Crítica: “Focus”

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Nota: 5

Todavía recuerdo aquellos tiempos en los que la aparición de Will Smith en unos títulos de crédito eran sinónimo de que íbamos a pasar un buen rato. A lo largo de las últimas dos décadas, aquel joven alto y desgarbado al que conocimos en “El Príncipe de Bel Air” nos enseñaba que el cine no tenía secretos para él. Tan capaz de lograr taquillazos, como de emocionarnos hasta ponernos la piel de gallina, el éxito del sensacional Will Smith parecía no encontrar límites. Fue entonces cuando le entro la vena de padre orgullosos y decidió que su antipático y arrogante hijo tenía lo necesario para convertirse en una auténtica estrella. Así, de la misma forma que la nave de la infame “After Earth”, las carreras de ambos comenzaron un rápido y peligroso descenso hacía el suelo. Una lástima…

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“Focus” se convierte en el primer intento del querido actor para recuperar el crédito perdido después de la cinta de M. Night Shyamalan. La historia de dos auténticos maestros de la estafa partía con los ingredientes necesarios para lograrlo. La mezcla entre comedia, romance y artimañas de pillo ladronzuelo parecía el caldo de cultivo ideal para12 que Smith desplegase todo su inmenso talento. Acompañado del proyecto de estrella, Margot Robbie (“El Lobo de Wall Street”), el intento del actor por recordar tiempos mejores se queda en un nuevo borrón en su carrera. ¿Cuáles son los motivos? Pues, francamente todos.

Algo no va bien en “Focus” desde la primera secuencia. La melodía de gestos y miradas que nos encontramos en plano nos resulta demasiado familiar. No tardamos en darnos cuenta de que ya hemos escuchado esa canción demasiadas veces. Unos protagonistas que parecen no ser de fiar, pero absolutamente previsibles en cada uno de sus pasos, son los encargados de impulsar una historia en la que siempre podemos ver como las cartas les asoman por las mangas. Cuando te encuentras con tipos que se hacen trampas al solitario, lo normal es que no empatices demasiado con ellos. La culpa no es tanto de la pomposa puesta en escena como del vago guión que los propios Glenn Ficarra y John Requa decidieron que era lo suficientemente interesante como para llevarlo a la gran pantalla.

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“Focus” es una de esas películas que se ven con una dosis de pereza más elevada de lo normal. Ni el carisma de los dos protagonistas salva este truco de Magia Borras en el que no hay nada por aquí, por allá, ni por ninguna parte. Si se da la feliz circunstancia de que te has levantado de buen ánimo y estas dispuesto a aplaudir el truco de un niño, puede que “Focus” llegue incluso a entretenerte. De lo contrario, el filme pasará a engrosar esa inmensa lista de películas irrelevantes que tan poco abundan en la carrera de Will Smith, pero que tan seguidas se han manifestado. Esperemos que el tándem Smith-Robbie pueda resarcirse en la esperada “Escuadrón Suicida”. Nosotros no perdemos la fe.

Héctor Fernández Cachón

@HectorFCachontwitter3