Crítica: “The Host”

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La adolescencia es una etapa difícil. Todos hemos pasado por ella (y algunos la estarán pasando). Contradicciones, desarrollo de los intereses personales, revolución hormonal, rebeldía, etc. Es una etapa difícil pero muy jugosa para la industria comercial. Centrándonos en el cine, el ámbito de las películas juveniles es muy cuidado por la industria porque puede generar cuantiosos beneficios. Pueden ser cintas de terror, de acción, comedias románticas o gamberras, ciencia ficción, etc. Pero todas ellas van dirigidas, especialmente, al público adolescente. The Host es una de ellas.

No nos vamos a andar por las ramas. The Host es ridícula. Es una película muy mala. Pero más allá de esto, sacamos otras conclusiones. ¿Los guionistas consideran que los adolescentes son idiotas y por eso escriben guiones de ínfima calidad para ese público? ¿Son los adolescentes personas sin cultura ni criterio que tragan con lo que sea? Nos resistimos a creer que sea así. Y es que existen muchas cintas juveniles de calidad.

En los años 80, se realizaron obras maestras como Regreso al futuro, que terminó trascendiendo a todo tipo de público, Los Goonies o El club de los cinco. Esta última debería ser un ejemplo de cine juvenil inteligente con un guión maravilloso que respeta los cánones de este tipo de cine pero también respeta al espectador, aunque esté viviendo una revolución hormonal  y sea un manojo de contradicciones.

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Pero no solo en los 80 hubo buen cine juvenil. No hace mucho una cinta como Supersalidos tomaba algunas lecciones de otras décadas, actualizaba el discurso y los escenarios logrando una película muy graciosa y auténtica. ¿Y Crepúsculo? Una saga de películas románticas, un poco empalagosa, pero respetable. No es auténtica (es una sucesión de clichés para el consumo adolescente) pero tampoco lo busca. Su objetivo era hacer soñar al público. Y lo logró. A mí, como adolescente (todo tenemos un adolescente dentro, independientemente de nuestra edad) no me gusta, pero entiendo que pueda gustar.  

El libro de The Host está escrito por Stephenie Meyer, creadora de Crepúsculo. No sabemos qué tal está el libro. Así que dejaremos ese tema al margen. Andrew Niccol se encargó de adaptar el guión para la gran pantalla. Por lo tanto, él es el responsable. Niccol debutó en el cine con Gattaca, una cinta almibarada y que contenía mucho menos de lo que su envoltorio prometía. Pero tenía algunas virtudes. Sin duda, los productores consideraron que era la figura idónea para The Host. Se trataba de que aplicase el mismo gusto estético de Gattaca (guapos y guapas en un mundo guapo). Niccol ha cumplido. Lo mejor (o lo único bueno) de The Host es su puesta en escena.

Pero el guión es lamentable. Esperpéntico. Empalagoso hasta la indigestión. Lleno de sucesos sin explicación y conversaciones antinaturales. Los personajes son de cartón y con evoluciones imposibles. La ciencia ficción resulta trillada. Lo hemos visto muchas veces y mejor. Y la parte romántica es inverosímil hasta el espanto.

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Crepúsculo tenía un  triangulo amoroso. Aquí también lo hay. ¿Es imprescindible que lo haya? Ok, parece ser que sí. Pero el triángulo amoroso de The Host es incomprensible incluyendo momentos de vergüenza ajena. Un alienígena de 1000 años se mete en el cuerpo de una joven rebelde y un poco antipática. La rebelde se rebela porque es joven y por lo tanto rebelde. Y empieza a darse un monólogo interior entre Wanderer (alien) y Melanie (humana). Un monólogo que a nivel cinematográfico (tal vez no literario) resulta cargante. Termina perjudicando notablemente el desarrollo de la película que se adentra, poco a poco, en el terreno de la ridiculez.

La generación del imprescindible triángulo amoroso está cogida con pinzas y nos depara situaciones lamentables. Sí, salen William Hurt y Diane Kruger. Pero de poco sirve. Niccol es incapaz de ser empático con el público juvenil y termina firmando una película que no respeta su carácter poliédrico y contradictorio. Los adolescentes son pasionales, soñadores y rebeldes, pero no imbéciles, ¿no? The Host los toma por tontos. Ese es el problema.

Esta cinta habla mucho de “almas”, pero le falta eso, alma. Un producto de marketing mal diseñado cuyos responsables deberían estar una temporada en la nevera creativa.    

8 Comments

  1. Dominique Vernay abril 29, 2013
    • Dominique Vernay abril 29, 2013
  2. Emma abril 29, 2013
  3. NoticiasFavoritas.com mayo 3, 2013
  4. Tatiana Stepanenko enero 30, 2014
  5. oriongroups.com/ diciembre 23, 2014
  6. timberland en soldes 80 diciembre 24, 2014