Giorgios Lanthimos, la gran esperanza del cine europeo

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Si aun no le conocéis, apuntad su nombre. Giorgios Lanthimos (1973, Grecia) es uno de los directores más capacitados del cine actual. Premiado en Cannes y Sitges, Lanthimos está a un paso de convertirse en una leyenda de la cinematografía del siglo XXI. Y está a un paso porque sus propuestas anteriores, a pesar de su potencial, aun no han superado algunas irregularidades. O dicho de otra forma: Lanthimos todavía tiene mucho más que aportar.

2014 será un año fundamental para su trayectoria. Estrenará The Lobster. Una película en la que, por primera vez, cuenta con un reparto internacional. Colin Farrell, Rachel Weisz y Lea Sedoux (La vida de Adele) son palabras mayores. Lanthimos ha tenido a su disposición un mayor presupuesto para dar salida a una historia situada, según dicen, en un futuro apocalíptico. A buen seguro que el director griego continuará en The Lobster con su turbadora disección de las relaciones humanas.

El riesgo que afronta Lanthimos es grande. Y también la expectación creada entre sus seguidores. Rodar con estrellas de Hollywood supone una mayor presión comercial. Pero el griego ha vuelto a contar con Efthymis Filippou para acompañarle al guión. Solo esperamos que la pareja creativa siga afilando su discurso, uno de los más originales y visionarios de la cinematografía actual.

Si en Canino (2009) las referencias a Michael Haneke eran evidentes, con Alps (2011) logró singularizar su cine. Ambas cintas son irregulares, sí, pero perturbadoras e impactantes. Lanthimos consigue algo extremadamente difícil en el cine: trascender. Tanto Canino, como sobre todo Alps, son películas que piden más de un visionado, que exigen que el intelecto y la sensibilidad del espectador estén a pleno rendimiento. Se deslizan entre las capas más oscuras de nuestro cerebro iluminando el otro lado. Giorgios Lanthimos es de esos directores que ofrecen otra mirada al ser humano.

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Cartel de “Canino” (2009)