Joyas del cine mudo: “Aelita” (1924)

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La primera película soviética de ciencia ficción“… Así se presenta Aelita, una cinta que consiguió un desbordante éxito en la Unión Soviética en 1924, año de su estreno. Según cuentan algunos historiadores del cine soviético, fue todo un acontecimiento precedido por una gran campaña publicitaria que tiene poco que envidiar a las actuales.

En los principales periódico del país aparecieron durante semanas tres misteriosas palabras. Nadie sabía de qué iba todo aquello. Las paredes de Moscú se llenaban de carteles con las mismas palabras. Poco antes del estreno, un mensaje a los rusos: “Si quieres conocer su significado acude al estreno de Aelita. No está mal ¿no? El resultado fue una de las cintas más taquilleras del primigenio cine soviético.

Su director, Yakov Protazonov, había recorrido Europa en su juventud y tras una etapa como cineasta en la Rusia prerrevolucionaria, llegó a trabajar para la UFA en Alemania. En los años 20 volvió a Moscú y Aelita sería su primera y ambiciosa película tras el regreso. No se repararon en gastos para adaptar la novela de ciencia ficción de Alexei Tolstoi, pariente lejano de León Tolstoi. Se acudió a prestigiosos decoradores, encargados de vestuario, operadores de cámara, etc. El objetivo era crear una cinta espectacular, especialmente a la hora de recrear la ciudad y los edificios de Marte. Porque esta película va de un viaje (más o menos) a Marte.aelita2

La cinta se inicia con varias escenas ambientadas en diferentes partes el mundo. Los receptores de radio reciben las tres palabras misteriosas… En Moscú, el ingeniero Losi diseña en sus ratos libres un artefacto para volar a otros planetas. Esa es una de sus preocupaciones. La otra, su mujer. El celoso Losi comienza a desarrollar un serio problema psicológico que le llevará a alejarse de su esposa, primero y más tarde a tomar soluciones un poco más radicales… Todo ello mientras sueña con Aelita, zarina de Marte…

Aelita es una película extrañísima (por evitar términos más rimbombantes). Mezcla melodrama romántico, comedia, ciencia ficción, y evidentes resonancias políticas. El desarrollo narrativo no es eficaz y soluciona algunos misterios de forma un tanto decepcionante. Y es que no todo el cine mudo, por el hecho de ser antiguo (y mudo), es bueno. Aelita naufraga a nivel narrativo, más allá de los convencionalismos y las limitaciones técnicas del cine de los años 20.

Los más interesantes de esta película, no obstante, es su puesta en escena, con unos diseños de interiores y exteriores (en Marte) que se nutren del constructivismo ruso. Una espectáculo visual que maravilló a los miles de rusos que acudieron en tropel a presenciar el viaje del ingeniero Losi para conocer a la bella Aelita (y de paso, instaurar la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas de Marte…).