¿Otras 12 películas sobrevaloradas? (Parte I)

 

Allá vamos una vez más. Conscientes de que nos van a caer palos por todas partes, VOLVEMOS A MATIZAR QUE PRETENDEMOS CREAR DEBATE Y QUE CONSIDERAMOS MAGNÍFICAS CINTAS CADA UNA DE LAS OBRAS QUE SIGUEN. Eso no nos salvará de vuestras balas, pero esperamos que sea suficiente para que no nos piten mucho los oídos.

 

– Avatar (James Cameron, 2009): Estamos ante la película más taquillera de la historia del cine. Con la friolera de 2,788 millones de dólares recaudados en todo el planeta, la película de James Cameron se convertía en un fenómeno de masas y lograba marcar un auténtico hito dentro de la historia del cine. De hecho, el filme se quedaría a las puertas de lograr el Oscar (se lo llevó “En Tierra Hostil”). Nadie va a discutir la proeza visual construida por el director, pero si le quitamos en 3D, los 161 minutos de la obra se convierten en una tortura china. Esta especie de “Pocahontas” mezclada con “Bailando con Lobos” se olvida de la construcción de la historia, de sus personajes y se saca diálogos de la manga que rayan lo vergonzoso. Encima James Camerón se pone metafísico y se mete en rollos sociales, políticos y religiosos. Pereza…

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– Blade Runner (Ridley Scott, 1982): Antes de que comiencen unos Juegos del Hambre en los que un servidor sea el único objetivo, vaya por delante que me enfrento al análisis crítico de una de mis películas más amadas. Realmente, la esencia que desprende la película resulta absolutamente brillante. La construcción emocional de cada uno de sus trágicos personajes es pura lírica y la secuencia del clímax es lo más cercano a la poesía que se ha rodado jamás. Dicho esto, resulta preocupante la tendencia al “enfangamiento” de Ridley Scott en la construcción de sus pasajes. Escasas son las ocasiones en las que el director es capaz de amarrar el ritmo narrativo y dar con el tempo adecuado. Hasta los momentos más básicos se pierden el exceso de una atmósfera excesivamente remarcada y redundante, problema del que ha adolecido Scott a lo largo de toda su carrera. Dicho esto, larga vida a “Blade Runner”.

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– Birdman (Alejandro González Iñárritu, 2014): Partamos de la base de que la cinta de Alejandro González Iñárritu tiene un buen puñado de atractivos. Su composición en plano secuencia y el talento de sus actores logran desviar la atención de una historia mil veces contada en Hollywood. Por si no fuese suficiente con el artificio, las carencias argumentales de la película también tratan de ocultarse detrás del constante bombardeo de palabras lanzadas por los personajes en un intento por parecer una obra lúcida e inteligente. “Birdman” funciona en ciertos planos y podría haberse convertido en una de las cintas más brillantes en muchos años, pero alguien estaba empeñado en hacerse pasar por intelectual y por demostrarnos su tramposo talento.

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