Películas distópicas: Mad Max

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“Distopía: Sociedad ficticia indeseable en si misma. Utopía negativa donde la realidad transcurra en términos opuestos a las de una sociedad irreal. Miradas desalentadoras o apocalípticas del futuro, generalmente caracterizadas por su totalitarismo ideológico.”

El futuro no siempre es mejor. Tanto la vida como la ficción nos han dado sobrado ejemplos de que los pasos y el camino tomado pueden llevar a lugares más oscuros de los que soñamos al arrancar el periplo. Aprovechando la llegada a nuestras salas de “Mad Max: Furia en la carretera”, nos lanzamos a analizar el mundo de “Mad Max” en nuestra sección dedicada a distopías.

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MAD MAX

El mundo es un lugar árido. La era postnuclear ha dejado un panorama en el que el agua es el bien más preciado, pero también la limitada gasolina. En medio de la desolación, Max Rockatansky (Mel Gibson) es un policía encargado de la vigilancia de una autopista sembrada de vándalos y criminales que se dedican a llevar el caos y el terror a las carreteras. Las cosas se ponen feas para Max cuando, durante una persecución, el policía acaba con la vida de Nightrider. La muerte del líder del grupo violento será la chispa que generé un incendio de épicas proporciones, ya que el resto de la banda jura vengarse del policía.

Cuando a George Miller se le ocurrió esta mezcla de ciencia-ficción y wester, poco podía imaginar que estaba poniendo el primer bloque de una de las sagas con más potencial de la historia del cine. Tras abandonar su profesión de médico y con un presupuesto de solo 350.000 dólares australianos , Miller tiraba, allá por 1978, de un jovencísimo y desconocido Mel Gibson para el papel de Max Rockatansky. Con solo 16 líneas de diálogo a lo largo de todo el filme, Mel Gibson se convertía en toda una estrella y la cinta, en un éxito.

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Las virtudes mostradas por “Mad Max” son muchas. El mundo distópico se presenta aquí como el resultado de una acción humana que ha terminado por arrasar el planeta. Esto no es más que la excusa adecuada para poder construir una sociedad caótica y dedicarse, libremente a disfrutar de las opciones que ello ofrece. La saga de George Miller nunca ha tratado de dar lecciones de ningún tipo, sino de ofrecer una auténtica experiencia cinematográfica. A lo largo de las tres películas rodadas hasta 1985, el mundo continuaría su decadencia hasta llegar al “Mad Max” que hemos podido disfrutar en la reciente “Furia en la carretera”. Después de 35 años, Miller parece haber llegado al punto de libertad absoluta, firmando la que es, sin duda, la mejor entrega de la saga.