Y además de verdad. Probablemente el tráiler me engañe vilmente como me pasa a menudo, pero creo que es una película idónea para desconectar de la semana el próximo viernes, que es, como casi siempre, cuando la estrenan en nuestras pantallas. Además, Colin Firth y Alan Rickman son sendos alicientes para ir de una oreja hasta el cine a ver “Un plan perfecto (Gambit)”. Si a eso le añadimos una Cameron Diaz fresca y dispuesta a redimirse de aquel truño que fue “Bad Teacher”, no hay más que hablar.
Irreverente Alan Rickman al que los años, si bien le han pasado y se notan uno por uno desde que apareciera por primera vez en la gran pantalla con un gran villano como lo era el finado Hans Gruber, le dan la oportunidad de descocarse aun más. La faceta cómica de este mítico actor británico no es desconocida, pero sí ha sido, en mi opinión, poco explotada. He aquí una ocasión perfecta para apreciar sus matrices.
Colin Firth es otro de los gigantes de la isla. No puedo decir mucho acerca de él que sea nuevo para el espectador que ya lo conoce. El papel le va bien para su cara de hombre tímido y cortado. Cameron Diaz, sin embargo, es la nota más discordante del trío. Viene a darle ese toque de salvaje ranchera que inunda el resto de la película.
Dirige Michael Hoffman y, por ahora, no ha recibido muy buenas críticas de “Un plan perfecto (Gambit)”. El guión corre a cuenta de los hermanos Cohen, otro punto más.
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