El doctor Hannibal Lecter vuelve a nuestros televisores, esta vez con una serie producida por la cadena norteamericana NBC, lo que ya ha sembrado dudas sobre la calidad del producto. Una de las quejas de las que me hago eco (pero no comparto, más que nada porque no comparto lo que es convivir con las cadenas estadounidenses las 24 horas del día) es que no es de pago como la Showtime, ACM o la HBO. Pero, ¿es verdad esto? ¿La calidad de “Hannibal” se ve comprometida por no pertenecer a una casa en concreto? No. El fallo está en otra parte, pero antes veamos por qué merece la pena darle una oportunidad a “Hannibal”.
Hugh Dancy. Hace una evolución notoria en su carrera encarnando al joven agente especial William Graham. Hay una madurez evidente en cómo enfoca su personaje. Da gusto verlo trabajar en estas condiciones. Hace verosímil la maldición de su empatía pura y lo lleva de una manera natural. Los guionistas se han documentado bien al respecto para que nosotros también podamos empatizar: nos dan muestras de hasta qué punto llega ese don del agente cuando, por ejemplo, recoge a un perro de la calle y luego se sugiere que lo ha hecho más veces a causa de esa “manía”. Es decir, los guionistas no cargan la personalidad fascinante del agente únicamente en el lado policial, lo cual siempre es de agradecer.
Mads Mikkelsen. Poco puedo decir yo de este actor que no lo haga él mismo con su presencia. Se luce, pero es que se luce a base de bien. Hannibal Lecter es un papel muy jugoso que no a todo el mundo le sienta bien. Garpard Ulliel, por ejemplo, fue difícil de tragar (aunque la historia no le ayudaba mucho, eso también hay que decirlo). Mikkelsen, sin embargo, sí está a la altura del menú y no tiene nada que envidiarle a Anthony Hopkins.
Dos personajes masculinos de la historia original se han hecho un cambio de sexo con el que la NBC nos promete que habrá juego (ya en el “next espisode” podemos advertir un morreo) y a menos que no hagan algo más que aportar tensión sexual, podría cargarse la buena voluntad de la temporada. Algunas líneas están metidas con calzador y Laurence Fishburne nos da una actuación horrorosamente pobre.
En cuanto al argumento, el piloto de “Hannibal” avanza rápido. Nos hace una presentación de los personajes en los que no necesita entretenerse demasiado porque “ya” los conocemos, solo necesitamos que nos refresquen la memoria y nos expliquen su función. El doctor Lecter está ahí para colaborar con los casos y ayudar, guiar o analizar a Will, aunque, obviamente, no se limitará a eso.
En conclusión, creo que “Hannibal” es una buena apuesta para esta temporada y casa bien con la moda imperante de reconstruir las historias que nos llamaron la atención década atrás. Sigue la estela de series como “Érase una vez” o “Bates Motel”, aunque difiera de éstas.
No me perderé el próximo capítulo.
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