Vuelve una nueva temporada de los cortos de grandes directores. Hemos tenido en esta sección a nombres tan sonados como Wes Anderson, Pedro Almodóvar, Guillermo del Toro o Christopher Nolan, entre otros, y con la llegada del nuevo año, creemos conveniente reanudar estos artículos con las minificciones de directores que todos conocemos, que para los cinéfilos es como un aperitivo… (y los hay que se zampan todo el plato).
El primer director de esta temporada es Lars Von Trier, polémico, contravertido, idolatrado y odiado, pero no por ese orden ni todo a la vez. Para algunos no es más que un mamarracho y para otros un revolucionario con sus propuestas técnicas y sus guiones. Tal vez en otro momento me moje sobre la opinión que este cineasta me merece. Ahora, en cortos de grandes directores, os comparto uno suyo.
¿Qué pasa cuando molestas en el cine a Lars Von Trier? Pues pasa lo que nos encantaría hacer a todos cuando estamos en la oscuridad de la sala, habiendo pagado una entrada prohibitiva, intentando mantener la concentración en la película y el tipo de al lado mastica las palomitas con la delicadeza de un hipopótamo, el veterano de la izquierda no ha silenciado el móvil o la muchachita bobalicona de dos filas más abajo enciende la pantalla de su smartphone.
Este es uno de los cortos de grandes directores que encarna un deseo común a todos los quisquillosos espectadores. Dura apenas tres minutos y no necesita subtítulos, porque la “moraleja” se entiende bastante bien. Tomad nota.
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