Muy, muy grande. Pese a llevar décadas en la parrilla americana, el Saturday Night Live sigue siendo fuente inagotable de momentazos. El sensacional programa resulta imperecedero en eso de hacernos disfrutar a lo grande, lo que hemos podido comprobar por enésima vez la noche del pasado sábado.
El hecho de que Bryan Cranston fuese el invitado ya hacía presagiar lo mejor. El intérprete es un tipo tan divertido, como carismático. Lo que pasa es que su aparición como el Walter White de Breaking Bad ya hacía que nos derritiésemos por completo. En la parodia en cuestión, el inolvidable Heisenberg se presentaba como la elección del presidente Donald Trump como nuevo director de la DEA, la famosa agencia anti-droga de Estados Unidos.
Con su famosa chaqueta, su sombrero y su camisa verde, Bryan Cranston nos recordaba por qué estamos enamorados de Walter White.
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