“El desempeño de las películas de Fox ha sido todo un problema este último trimestre. Han estado muy por debajo de lo que era necesario para su rentabilidad y de las expectativas que teníamos al hacernos con la compañía”. Con estas palabras, Bob Iger dejaba claro que iban a empezar a rodar cabezas. El mandamás de The Walt Disney Company se ha encontrado con lo que necesitaba para limpiar por completo los planes que Fox tenía hasta hace pocas fechas. Van a cambiar unas cuantas cosas.
Hablando en plata, lo que Iger quería decir es que lo de X-Men: Fénix Oscura ha sido un desastre épico, de modo que en Disney ya tienen las manos libres para poner todo patas arriba sin miramiento. Hasta ahora, la posibilidad de que la cinta mutante funcionase dejaba en una incógnita los planes de futuro. De haber resultado un éxito, los protagonistas de las últimas cintas de X-Men podrían incorporarse al Universo Marvel. Sin embargo, el panorama ha cambiado. Ahora será borrón y cuenta nueva.
A excepción de Deadpool, toda cinta mutante que Fox tuviese entre manos desaparece de un plumazo. No habrá X-23 o Gambito. Además, el plan trazado para seguir con la saga X-Men se va al garete. ¿Y Los Nuevos Mutantes? Cada vez parece más claro que irán directos a televisión. Los superhéroes de Fox vuelven a la casilla de salida.
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