El descalabro ha terminado por confirmarse de manera definitiva. Rambo: Last Blood, una de las películas más esperadas del año, desprende un aroma importante a patinazo. Después de que la crítica la masacrase, el bueno de Sylvester Stallone esperaba que el público soberano acudiese al rescate del genial personaje, pero nada más lejos de la realidad. Su primer fin de semana en taquilla ha sido una decepción absoluta.
Con una inversión de 50 millones de dólares (más otros 30 en distribución y publicidad), Rambo: Last Blood aterrizaba en los cines americanos. ¿El resultado? La tercera posición en la taquilla gracias a 19 millones de dólares. Obviamente, el botín se antoja escaso para una cinta con expectativas mucho mayores.
Así las cosas, Rambo: Last Blood ha clavado los datos de la anterior entrega, repitiendo decepción. Ahora, con una taquilla que no superará los 40 millones en Estados Unidos, la película se la juega toda a un mercado internacional que se antoja el único capaz de rescatar al viejo John.
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