¿Cuanta sangre hemos visto derramada en la gran pantalla? Efectivamente, desde que el cine es cine las películas han requerido de buenas dosis de hemoglobina para dotar de realismo a sus historias, pero… ¿Cómo se hace esa sangre?
Si le preguntamos a Alfred Hitchcock por la sustancia utilizada en Psicosis o a Martin Scorsese por las heridas de su Toro Salvaje, la respuesta será la misma: Chocolate fundido o sirope de chocolate. Efectivamente, la fotografía en blanco y negro requería y permitía que lo que se utilizase para la simulación más real de la sangre fuese delicioso chocolate. Esto supone que la terrorífica secuencia de la ducha de psicosis es un poquito menos traumática.
Si nos vamos al cine en color y a las técnicas más recientes, el ingrediente principal en toda buena receta de sangre es el sirope de Arce. No es el único, ya que la mantequilla de cacahuete, la salsa barbacoa, la soja y la remolacha han ido ganando posiciones frente al mítico tomate.
Por mucho que pasen los años y las técnicas de diseño de sangre para el cine se acerquen más a la realidad, hay un director que prefiere recurrir a la sangre real de los bancos de la Cruz Roja. Efectivamente, como no podía ser de otra forma se trata del Quentin Tarantino. Pese a que no es algo que haga siempre, para ciertas secuencias de varias de sus películas el director ha decidido apostar por el realismo.
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