Hoy vamos a reconciliarnos un poco con el mundo. Bastante triste está la cosa como para no reír un rato y disfrutar de emociones sanas. Y pocas películas nos han ofrecido tales sensaciones como Intocable, una auténtica obra maestra del cine moderno.
Philippe, un aristócrata millonario que se ha quedado tetrapléjico a causa de un accidente de parapente, contrata como cuidador a domicilio a Driss, un inmigrante de un barrio marginal recién salido de la cárcel. Aunque, a primera vista, no parece la persona más indicada, los dos acaban logrando que convivan Vivaldi y Earth Wind and Fire, la elocuencia y la hilaridad, los trajes de etiqueta y el chándal. Dos mundos enfrentados que, poco a poco, congenian hasta forjar una amistad tan disparatada, divertida y sólida como inesperada, una relación única en su especie de la que saltan chispas.
La hemos visto mil veces, pero pocas nos parecen. La noche se antoja ideal para disfrutar de esa maravilla titulada Intocable.
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