4. Dogville (2003): Si Lars Von Trier no apareciese en esta lista, quedaríamos automáticamente desacreditados. Por si la historia de Grace (Nicole Kidman) y el pueblo en el que deciden ocultarla no fuese lo suficientemente extraña, la forma es lo que realmente nos aturde. Las paredes y gran parte del atrezzo han sido sustituidos por unas líneas blancas en el suelo.
3. Primer (2004): Si atendemos a los cuatro hombres que trabajan en su garaje construyendo aparatos de suma complejidad, la cosa no parece muy disparatada. Si dan con algo que les permite conseguir lo que quieran, pero que pone a prueba sus relaciones, la cosa tampoco parece ir muy allá. El problema es que de los 78 minutos de “Primer” nos cuesta entender 77.
2. El Ángel Exterminador (1962): Nuestro grandísimo Luis Buñuel se marcaba un trabajo de un surrealismo que solo él podía imaginar. Cuando los invitados a una fiesta de la alta sociedad descubren no pueden salir del lugar, instintos primarios comienzan a aflorar entre los presentes. Una parábola sobre la descomposición de una clase social encerrada en si misma y construIda de la forma más radical posible.
1.Stalker (1979): Andrei Tarkovsky es de esos directores a los que les gusta sugerir y contar historias de una forma tangencial. Esto suele tener su gracia, salvo cuando eres incapaz de escrutar la mirada del director para averiguar lo que realmente nos quería contar. El extraño mundo de “Stalker” en el que corren leyendas sobre una zona prohibida que otorgará la sabiduría absoluta a quien logre acceder es claro ejemplo de ello.
(Parte I)
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