No han salido las cosas como se esperaba. Desde que supimos que nuestro queridísimo Arnold Schwarzenegger protagonizaría una serie de Netflix, nuestro entusiasmo se disparaba. La mezcla de comedia y acción titulada FUBAR parecía tener todos los ingredientes necesarios para convertirse en una de las ficciones televisivas más exitosas del año. Desgraciadamente, las cosas no han salido como se esperaba.
FUBAR no ha conseguido conectar con el gran público. A pesar de seguir la fórmula de Mentiras Arriesgadas, todo lo que funcionaba en la genial película de James Cameron se va aquí de las manos . De alguna forma, todo se va convirtiendo en un gag absurdo, con bromas que ya no hacían gracia ni en los 90. Una apuesta demodé a la que el público ha castigado de forma severa.
El escaso interés despertado por FUBAR, sumado a su práctica en capacidad para generar apego han hecho que la serie de Arnold Schwarzenegger se estrella en la parrilla de Netflix. Una auténtica lástima, porque pintaba muy bien.
La serie nos acerca a la historia de un padre y su hija desde el minuto y hora en el que los dos descubren que su relación gira alrededor de una gran mentira: Ambos se ocultaban mutuamente que son agentes secretos de la CIA. La cosa se pondrá todavía más complicada al tener que dejar su conflicto personal a un lado para trabajar juntos.
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