Steve Carell es un actor excepcional y ya toca decirlo

La transición no siempre es fácil. Por alguna razón, tradicionalmente el público no acepta de buen grado los cambios de registro de los cómicos. Si me has hecho gracia una vez, tendrías que seguir siempre por ese camino. Si no, que le pregunten a Jim Carrey. Después de años de muecas y comedias desternillantes, nos encontrábamos con que había un actor de gran calibre para el drama o cualquier otro género. Detrás de las risas, había más. ¡Olvídate de mí! o El Show de Truman eran muestras evidentes de ello. Dos cintas que servían para ganarse el respeto del sector y de parte del público, pero no de una inmensa mayoría que seguía pidiendo muecas.

Algo parecido está ocurriendo con uno de los mejores actores de los últimos años. Steve Carell siempre ha sido un actor de humor arrollador. Un talento para la comedia por encima del bien y del mal. Para colmo, es el suyo un carácter afable y divertido. Ocho temporadas de esa obra maestra televisiva titulada The Office marcaban el camino. Su Michael Scott nos pasaba a todos por encima. A ello se sumaban películas como Sigo como dios o Virgen a los 40. Un magnífico comediante, pero también un inmenso actor dramático.

La primera vez que nos despistamos con Steve Carrell, el resultado fue que se había convertido en un actorazo descomunal sin que nos diésemos cuenta. El actor de The Office sorprendía a todos hace unos años con un descomunal trabajo en Foxcatcher que a punto estaba de conseguirle un Oscar. Ya sabíamos que era un tipo divertido, pero su paseo por todo tipo de géneros dejaba un balance más que satisfactorio.

La gran apuesta, La última bandera, Beautiful boy o la serie The Morning Show y iban dejando claro el calibre de un intérprete excelso. Así hasta llegar a El Paciente. Steve Carell nos ofrece en la nueva serie de Disney+ un trabajo dramático impecable. Brillante y comedido, consigue llevar su trabajo a una dimensión brutal. Adoramos cada uno de sus trabajos, su carisma y su talento. Steve Carell es uno de los grandes de la interpretación y se antoja imprescindible decirlo.