La ola de remakes de Disney parecía estar perdiendo fuelle tras varias adaptaciones que han generado más bostezos que aplausos. Pero Lilo & Stitch, contra todo pronóstico, ha llegado para reventar el ranking de ventas anticipadas en Fandango, superando incluso a títulos tan esperados como A Minecraft Movie, Snow White o Paddington in Peru.
Según informa Deadline, la nueva versión de este clásico de 2002 ha logrado el segundo mejor arranque en preventas para una película de acción real de Disney, solo por detrás del imparable El Rey León (2019). Y eso que estamos hablando de una historia cuyo protagonista es un alien azul que arrasa ciudades como Godzilla en miniatura.
La cinta, que se estrena en cines de Estados Unidos el próximo 23 de mayo, está protagonizada por Maia Kealoha, una debutante hawaiana que interpreta a Lilo Pelekai, y por Chris Sanders, quien vuelve a poner voz al incontrolable Stitch, tal y como hizo en la versión animada original. La nostalgia aquí no es solo un guiño, es el ingrediente central del marketing.
Pero lo verdaderamente llamativo es el potencial taquillero del film: las previsiones apuntan a un estreno de 120 millones de dólares durante el fin de semana del Memorial Day. Sí, cuatro días que podrían dejar a Stitch coronado como el rey del box office primaveral. Y eso sin contar el efecto boca-oreja, que podría catapultar aún más la recaudación, tal y como ocurrió con A Minecraft Movie, que pasó de una previsión de 60 millones a embolsarse 162,7 millones en su debut.
Desde Fandango, Jerramy Hainline ha asegurado que no le sorprende este entusiasmo: “Lilo y Stitch han conquistado los corazones de las familias durante años, y ahora el público puede revivir la magia con una nueva y emotiva versión”, dijo en un comunicado que huele a palomitas y merchandising.
¿Está Disney a punto de encontrar oro en una historia que mezcla ohana, caos galáctico y surf hawaiano? Todo apunta a que sí. En un momento donde los remakes en acción real parecían caer en la rutina, este film parece haber conectado con las emociones del público como un gancho de izquierda directo al corazón. Y cuidado, que aún no ha pisado las salas.