Cuando El Imperio contraataca tuvo que retrasar su estreno por el taquillazo de “Yo hice a Roque III”

Mariano Ozores ha muerto y, con él, se va uno de los últimos gigantes de la comedia popular española, esa que jamás necesitó la aprobación de la crítica para reventar taquillas. Su legado es una mezcla infalible de carcajadas, picardía y sociología del bar Manolo. Y aunque su nombre pocas veces ha sonado en los círculos del cine de autor, la industria nunca tuvo un autor más eficaz que él: 96 películas, 90 millones de espectadores, y una habilidad casi sobrenatural para saber lo que quería ver la España de su tiempo.

Ozores no hacía cine para festivales. Hacía cine para la gente. Su universo era el de los anuncios de Telesur, los chistes verdes de sobremesa, el costumbrismo en chanclas y bata de boatiné. Pero bajo esa capa de sencillez se escondía un retrato tan preciso de nuestra idiosincrasia que hoy sigue siendo materia de análisis. O al menos, de nostalgia.

El cénit de su éxito se dio entre finales de los 70 y comienzos de los 80, cuando formó el tridente imbatible con Andrés Pajares y Fernando Esteso. Juntos firmaron una serie de comedias tan explosivas como inesperadamente lúcidas. ‘Los bingueros’, por ejemplo, no solo fue un taquillazo que superó el millón y medio de espectadores, sino un reflejo directo del furor por los recién legalizados bingos en España. Así funcionaban: detectaban la fiebre del momento, y la convertían en celuloide antes de que el eco se apagara. Rodaban a toda pastilla, sin perder un gramo de gracia.

‘Yo hice a Roque III’ fue la guinda de ese pastel. Una parodia nacional del Rocky de Stallone que se gestó en apenas veinte días y se estrenó en septiembre de 1980. El protagonista, un boxeador de tercera interpretado por Pajares, se enfrenta a Kid Botija, a quien daba vida el mismísimo Dum Dum Pacheco. Y en un giro que haría llorar a los ejecutivos de Hollywood, la Fox se asustó. Tal como cuenta Juan Sanguino en el documental Pajares & Cía, la distribuidora decidió retrasar dos semanas el estreno de ‘El Imperio Contraataca’ en España para no cruzarse con el huracán Ozores. Ahí es nada.

Eran el verdadero fenómeno, el verdadero blockbuster”, dice Sanguino. Y es que pocas veces una comedia española ha obligado a Darth Vader a hacer mutis por el foro. Pero Ozores lo logró. Porque su cine, despreciado por los puristas, era el que de verdad llenaba salas. Y porque a veces, lo popular no necesita pedir permiso para hacer historia.

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