El Exorcista: secretos, maldiciones y curiosidades de la película más aterradora de la historia

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Cuando en 1973 se estrenó El Exorcista, el público no estaba preparado para lo que iba a ver. Gritos en las salas, desmayos, vómitos y hasta polémicas con la Iglesia rodearon el lanzamiento de la cinta de William Friedkin, que pronto se convirtió en la película de terror más influyente de todos los tiempos.

Pero detrás de las escenas de Regan retorciéndose en la cama y del mítico “tubo de guisantes” que acabó en la cara del padre Karras, hay una larga lista de curiosidades, accidentes y leyendas negras que hicieron del rodaje un auténtico infierno.

El origen literario

La historia nace de la novela de William Peter Blatty, publicada en 1971 e inspirada en un exorcismo real ocurrido en Maryland en los años 40. El propio Blatty adaptó el guion y ganó el Oscar a mejor guion adaptado en 1973.
Más tarde, volvería a su universo demoníaco dirigiendo El Exorcista III, basada en su libro Legión.

¿Kubrick al mando?

Warner buscaba un director que estuviera a la altura del fenómeno literario y pensó en nombres tan grandes como Stanley Kubrick o Mike Nichols. Finalmente, eligieron a William Friedkin, que venía de ganar el Oscar con The French Connection. Una decisión que marcaría para siempre la historia del cine.

El reparto que pudo ser

  • Padre Karras: nombres como Jack Nicholson, Paul Newman o Marlon Brando sonaron antes de que Jason Miller se quedara con el papel en su debut cinematográfico.

  • Regan: Linda Blair no fue la primera opción. Su desparpajo convenció a Friedkin frente a otras candidatas.

  • Chris MacNeil: Audrey Hepburn, Anne Bancroft, Shirley MacLaine y Jane Fonda pasaron de largo antes de que Ellen Burstyn insistiera hasta hacerse con el rol.

  • El demonio Pazuzu: la voz fue de Mercedes McCambridge, quien bebía whisky, fumaba y se ataba a una silla para lograr la interpretación.

Un rodaje infernal

La exigencia de Friedkin rozaba lo inhumano: disparó un arma junto al oído de Jason Miller para conseguir una reacción auténtica y ponía la música de Psicosis en bucle en los descansos.
Linda Blair y Ellen Burstyn sufrieron lesiones en la espalda por arneses y caídas mal calculadas. Y los actores debían rodar en un set refrigerado para simular el frío, soportando temperaturas gélidas.

La maldición del Exorcista

Los rumores de un rodaje maldito crecieron con cada accidente. Un incendio arrasó el set… excepto la habitación de Regan. Varios actores y miembros del equipo fallecieron durante o poco después del rodaje. Y Paul Bateson, un extra que hacía de médico, fue condenado por asesinato en la vida real.
Para calmar los ánimos, Friedkin llegó a pedir a un sacerdote que bendijera el plató.

El vómito más famoso del cine

El icónico vómito verde no fue más que puré de guisantes. Lo curioso es que la escena en la que Regan vomita al padre Karras salió mal técnicamente: debía darle en el pecho, pero el tubo se desvió y lo bañó en la cara. La reacción de asco es absolutamente real.

Tubular Bells y el terror eterno

La música de Mike Oldfield, con su hipnótica Tubular Bells, elevó la atmósfera de la película a otro nivel. Sin esa melodía, El Exorcista no sería lo mismo.

Entre el mito y la realidad

A medio camino entre el cine y la leyenda, El Exorcista sigue siendo un hito insuperable. Más de 50 años después, su poder sigue intacto: pocas películas han logrado generar tanto miedo y fascinación al mismo tiempo.
Quizás porque, como toda buena historia de terror, se alimenta tanto de lo que vemos en pantalla… como de lo que ocurrió detrás de ella.

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