Sean Avery, un viejo conocido de los sets de Christopher Nolan, ha encendido el hype: según él, “es la película más grande que se ha hecho nunca”. No lo dice a la ligera. El actor habla de un rodaje en cinco países, con una filosofía de máximo realismo en exteriores y una pareja creativa —Nolan/Damon— funcionando a pleno rendimiento. Incluso Ben Affleck habría pasado por el set para verlos trabajar, detalle jugoso que alimenta la leyenda de una producción “a la Nolan”: precisión técnica, gigantismo logístico y hambre de espectáculo.
Lo esencial (y verificado)
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Fecha prevista: 17 de julio de 2026.
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Formato: primera superproducción rodada íntegramente con cámaras IMAX de gran formato.
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Rodaje internacional: Grecia, Italia/Sicilia, Islandia, Escocia y localizaciones del norte de África.
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Escala y ambición: el propio equipo la describe como un salto más allá de Oppenheimer en tamaño y complejidad
Reparto (provisional pero potente)
El mosaico de nombres es de primerísima línea. Matt Damon lidera como Ulises; Tom Holland sería Telémaco; Anne Hathaway, Penélope; Zendaya, Atenea; Charlize Theron, Circe; Benny Safdie, vinculado a Agamenón; y entre los confirmados alrededor figuran Robert Pattinson, Mia Goth, Lupita Nyong’o y Jon Bernthal. Varias piezas siguen sin rol oficial, pero la foto de conjunto es inequívoca: superelenco coral para una epopeya con músculo de estudio.
¿Sin CGI? Lo que realmente significa
El “sin CGI” que desliza Avery hay que leerlo como prioridad por efectos prácticos y rodaje físico —marca de la casa—, no como ausencia total de efectos digitales (habrá, pero integrados con contención). Lo relevante es el enfoque táctil: barcos reales, agua real, geografía real y cámaras IMAX metidas hasta la cintura en el terreno. Si funciona, el viaje de Ulises puede sentirse bruto y palpable, no “de estudio”.
Ruido alrededor: polémica y “policía histórica”
No todo es fanfarria. El rodaje en Sáhara Occidental ha levantado críticas en el ámbito cultural hispano y de derechos humanos, con llamamientos a repensar esas localizaciones por su dimensión política. Al mismo tiempo, las primeras imágenes (y filtraciones) ya han activado en redes a los guardianes del rigor histórico: que si brazaletes, que si cascos, que si colores. Territorio conocido para cualquier superproducción ambientada en la Antigüedad: el debate está servido y Nolan tendrá que lidiar con ello durante la campaña.
El (buen) síntoma
Más allá de los titulares, hay una constante en los testimonios del equipo: energía en el set y confianza total en Damon. Si de verdad han encontrado el equilibrio entre el músculo técnico y la emoción —la brújula de Penélope y el rugido del mar—, “La Odisea” puede ser la gran experiencia de sala de 2026. Falta casi un año, pero las señales apuntan a cine-evento del que solo puede existir en pantalla grande.