
Hollywood ha amanecido conmocionado por la muerte de Rob Reiner. El director, famoso por clásicos como La princesa prometida o Cuando Harry encontró a Sally, ha aparecido sin vida junto a su esposa, la fotógrafa Michele Reiner, en su casa de Los Ángeles. Según los primeros informes, ambos presentaban heridas de arma blanca cuando los bomberos entraron en la vivienda la madrugada del domingo, tras recibir un aviso médico.
Aunque la familia ha lanzado un comunicado pidiendo respeto y confirmando la noticia con “el corazón roto”, no han querido entrar en detalles sobre qué pasó exactamente. Sin embargo, la revista People ha ido un paso más allá. Según sus fuentes, las sospechas recaen sobre Nick Reiner, el hijo de la pareja, aunque la policía todavía no ha confirmado oficialmente esta teoría ni ha detenido a nadie. Al parecer, fue otra de las hijas quien descubrió los cuerpos.
El foco está ahora puesto en el pasado complicado de Nick. Él mismo contó hace unos años en una entrevista que tuvo problemas muy serios con las drogas desde la adolescencia. Esa espiral lo llevó a entrar y salir de centros de desintoxicación e incluso a vivir en la calle durante temporadas largas, durmiendo a la intemperie en varios estados. Esa etapa tan dura sirvió de guion para la película Being Charlie, que él ayudó a escribir. En aquel momento parecía que las cosas habían mejorado y comentó que ya estaba instalado de nuevo en Los Ángeles con su familia.
Por ahora, la policía de Los Ángeles se muestra prudente. Alan S. Hamilton, responsable de la investigación, salió a hablar con la prensa agolpada frente a la casa familiar, pero se limitó a decir que el caso está abierto y que irán informando si encuentran pruebas claras. De momento, no hay arrestos y la zona no está completamente cerrada.