
La crónica social de Hollywood se ha visto sacudida recientemente por una revelación que une a dos de las dinastías más influyentes de la cultura popular estadounidense. Una demanda judicial presentada en diciembre de 2025 ha expuesto detalles sorprendentes sobre el origen biológico de Benjamin Travolta, el hijo menor de John Travolta y la fallecida Kelly Preston. Según los documentos legales, el joven Ben podría ser, en realidad, un descendiente directo del linaje de Elvis Presley a través de una donación de óvulos realizada por Riley Keough, nieta del Rey del Rock.
Este complejo entramado legal surge de una disputa entre exsocios comerciales de Priscilla Presley y su hijo, Navarone García. Sin embargo, el núcleo informativo que ha captado la atención global no es el conflicto contractual, sino la reconstrucción de los hechos que rodearon la concepción de Benjamin en 2010. En aquel entonces, la familia Travolta atravesaba su periodo más oscuro tras la trágica pérdida de su primogénito, Jett, quien falleció en 2009 a los 16 años debido a complicaciones derivadas de la enfermedad de Kawasaki.
La búsqueda de un nuevo miembro para la familia llevó a los Travolta a explorar opciones de reproducción asistida. La demanda sugiere que, inicialmente, existieron conversaciones para utilizar material genético de Lisa Marie Presley. No obstante, el testimonio de Michael Lockwood, exesposo de Lisa Marie, indica que John Travolta descartó esta opción por temor a los antecedentes de adicciones de la hija de Elvis. Finalmente, el acuerdo se habría materializado con Riley Keough, hija de Lisa Marie y actual heredera del patrimonio de Graceland, quien supuestamente recibió una compensación económica por la donación que permitió el nacimiento de Benjamin.
Este episodio pone de relieve no solo las conexiones privadas entre las élites del espectáculo, sino también los desafíos éticos y legales de la donación de óvulos en contextos de alto perfil. Mientras los demandantes describen una situación de inestabilidad financiera dentro del clan Presley tras la muerte de Lisa Marie en 2023, la figura de Benjamin Travolta emerge involuntariamente en una batalla por el control del legado de Elvis.
A pesar de las impactantes afirmaciones contenidas en el expediente judicial, los protagonistas han mantenido un silencio hermético. Esta historia añade un capítulo inédito a la biografía de John Travolta y Kelly Preston, cuya unión de casi tres décadas fue considerada una de las más sólidas de la industria hasta el fallecimiento de Preston en 2020. El cruce de estos dos mundos, el de los Travolta y los Presley, redefine la narrativa de sus legados, entrelazando sus historias familiares de una manera que nadie habría podido prever.