Necesitábamos un episodio como este. Tras la irrupción de Negan en escena y el atroz capítulo inicial de la séptima temporada de The Walking Dead, nuestro hype estaba por los suelos. Seis capítulos decepcionantes provocaban que el ánimo de los fans se viniese abajo. Nada relevante ocurría en los sucesivos capítulos, pero sabíamos que algo grande se gestaba…
Efectivamente, el 7×08 ha vuelto a ponerlo todo patas arriba. La segunda visita de Negan a Alexandría no ha decepcionado, ofreciéndonos la mejor versión del célebre villano. Pero esta vez parece que el espíritu dormido de nuestro grupo de protagonistas ha vuelto a escena.
SPOILERS episodio 7×08 de The Walking Dead
Como parecía, Spencer ha terminado con sus tripas esparcidas por el suelo. El intento del antipático personaje por convencer a Negan para apartar a Rick de la ecuación se ha saldado como en el cómic. Además, el intento de asesinato de Rosita ha provocado que su bala terminase en Lucille y que, como castigo, Negan acabase con la vida de Olivia. Si a eso le añadimos que, tras confesar ser el creador de la bala, Eugene ha terminado como prisionero de Los Salvadores, la verdad es que las cosas no lucen demasiado bien.
Sin embargo, Rick se ha dado cuenta de que no hay paz posible con Negan y su gente. En un final de episodio más que prometedor, nuestro grupo de protagonistas se reúne en Hilltop con un Daryl al que Jesús liberaba. Se respiran aires de revolución.