Pese a que Warcraft: El origen fue más desastre que otra cosa, la reputación de Duncan Jones sigue seguía siendo impecable. El hijo de David Bowie nos sorprendía a todos con ese descomunal debut tras las cámaras titulado Moon. Poco después, Código fuente venía a confirmar lo que ya era un secreto a voces: teníamos nuevo maestro de la ciencia ficción.
Ahora, pasada la agotadora y desastrosa época de Warcraft, el director nos presentaba su nuevo trabajo. Y es que hace unos días llegaba a Netflix la película Mute, un ciberpunk que se presentaba con auténtica pintaza. En ella, Alexander Skarsgard interpreta a un camarero mudo en busca de su desaparecida novia por una Berlín futurística. Paul Rudd y Justin Theroux se sumaban a un reparto que prometía regalarnos grandes momentos, pero que ha terminado por ofrecernos una decepción mayúscula.
Bajo ninguna circunstancia imaginábamos que Netflix y Duncan Jones iban a patinar tanto. El contador de éxitos del director ha vuelto a quedarse a cero con una película en la que la trama se diluye entre un exceso de efectos visuales. El espectáculo no es suficiente como para que pasemos por alto el hecho de que el guión es más que pobre. Y es que Mute carece de un buen desarrollo de personajes y de la capacidad para que empaticemos con los problemas de sus protagonistas. Nada nos interesa del desastroso filme.
Así las cosas, ya podemos decir que estamos ante la peor película de la carrera de Duncan Jones.