Esto va a ser la leche. Desde hace años, lo de convertir en películas los videojuegos más famosos se ha convertido en algo más cercano a la locura que a la valentía. Y es que la relación entre los dos formatos resulta bastante traumática. Desastres creativos y económicos suelen ir de la mano cada vez que las taquillas reciben un proyecto de este perfil.
Sin embargo, parece que un pequeño cambio de tendencia ha comenzado a producirse. Brotes verdes se dejan ver en cintas como Rampage o Detective Pikachu. Sin ser obras maestras, ambas películas resultan de lo más agradables. Además, las taquillas respondían, por lo que la idea de gastarse una pasta en llevar al cine Tom Clancy´s The Division ya no suena tan descabellada como podría.
Nueva York está arrasada por una terrible enfermedad. La unidad secreta The Division será activada entonces con el objetivo de reinstaurar el orden. Sin embargo, no tardarán en darse cuenta de que no solo tienen que luchar contra la terrible enfermedad, sino también contra una conspiración oculta detrás de todo.
Ahí aparece la figura de David Leitch. El director de Atómica o Deadpool 2 es el encargado de ponerse al frente de un proyecto que, tal y como ha confesado a Collider, no quiere que sea la típica adaptación de videojuego que solo apuesta por espectáculo y pirotecnia. “Como en cualquier otra película tengo que centrarme en los personajes. Tienen que ser buenos, como las tramas. La acción ha de estar siempre en resonancia con la película”.
Ni más ni menos que Jake Gyllenhaal y Jessica Chastain serán los protagonistas de una cinta que llevará por título The Division y que, después de varios meses de dudas alrededor del proyecto, al fin se hará realidad gracias a Netflix. Puede molar mucho la cosa.