“Super 8” o la maravilla con aires ochenteros que no supimos disfrutar

Año 1979, en una pequeña población de Ohio. Joe Lamb (Joel Courtney), un muchacho que vive en un pueblo de Ohio, acaba de perder a su madre en un accidente y vive con su padre, que es policía (Kyle Chandler). Meses después, durante el verano, Joe y sus amigos ruedan una película de zombis en Super 8 cuando contempla cómo una camioneta se estrella contra un tren de mercancías, provocando su descarrilamiento y un terrible accidente. A partir de ese momento cosas extrañas e inexplicables comienzan a suceder en el pueblo. Encanto desmedido el de Super 8.

J.J. Abrams siempre ha tenido ciertos aires a Steven Spielberg. El director es uno de esos innumerables creativos influidos inevitablemente por el espíritu del cine de los 80, qué es lo mismo que hablar de Spielberg. Así, en el año 2011, se sacaba de la manga una película encantadora y hermosa a partes iguales. Super 8 lo tenía todo. Sin embargo, la película no entraba entre el gran público como cabría esperar.

Hoy, más de una década después, la cinta ha caído prácticamente en el olvido. Una auténtica injusticia, ya que todo lo que ha lucido Stranger Things para convertirse en un éxito, lo tenía Super 8. En todo caso, nuestra obligación es dar un puñetazo en la mesa y gritar a los cuatro vientos que la película de J.J. Abrams es una maravilla.