“Llega de noche” o esa joya del terror que no supimos apreciar

Llega de noche

Llega de noche

Qué sutil, qué magnífica y qué torpes estuvimos todos convirtiéndola inmediatamente en película de culto. En julio de 2017 se plantaba en los cines de todo el mundo un filme que prometía sembrar el pánico por doquier. Su título era Llega de noche y venía precedida del aplauso unánime de la crítica americana. Estaba llamada a ser la gran cinta de terror del año, pero su relación con el público nunca llegaba a fluir como cabía esperar. Lástima, porque lo tenía todo.

Llega de noche nos acercaba a la historia de un padre dispuesto a hacer todo lo necesario para proteger a su esposa e hijo de una presencia maldita y sobrenatural que les atemoriza desde el exterior de su casa. Con esa pequeña sinopsis, Trey Edward Shults nos presentaba una película que, así sin hacer ruido, se plantaba delante de nuestras narices para dejarnos aturdidos.

Bajo el título de Llega de noche (It Comes at Night), Trey Edward Shults demostraba que lo de Krisha no fue una coincidencia. El problema es que la apuesta de la cinta era, muchas veces, demasiado sutil como para que un público mayoritario pudiese consumirlo por litros. Joel Edgerton, Ridley Keough y Carmen Ejogo se convertían en los protagonistas de un filme absolutamente brillante, en el que la atmósfera te va atrapando hasta ahogarte. Y es que en Llega de noche es oro por lo que sugiere y no por lo que se ve. Una maravilla de terror absolutamente incomprendida.