Crítica de “Puntos suspensivos”

La película *Puntos suspensivos* presenta una singular combinación de elementos clásicos de suspense y un enfoque moderno. Dirigida por David Marqués, el filme destaca por su narrativa no lineal y un duelo actoral poderoso entre Diego Peretti y José Coronado. A lo largo de aproximadamente 90 minutos, la película mantiene a los espectadores inmersos en una atmósfera tensa, donde cada palabra, gesto y mirada tiene relevancia.

Un inicio prometedor que mantiene la tensión

El arranque de la película consigue atrapar al espectador desde el principio. La historia gira en torno a Leo, un escritor que vive en una casa aislada y que es sorprendido por la llegada de un misterioso visitante. Este encuentro, que parece inofensivo al principio, pronto se convierte en un duelo de tensiones donde nada es lo que parece

El guion, escrito por Marqués junto a Rafael Calatayud, se estructura en capítulos que, al igual que las piezas de un libro de misterio, están desordenados hasta el final, lo que incrementa el suspense de manera gradual. Este enfoque fragmentado no solo añade complejidad, sino que obliga al espectador a prestar atención a cada detalle para comprender completamente la historia

El peso de las interpretaciones: Peretti y Coronado

El duelo entre los protagonistas es uno de los puntos más potentes de la película. La actuación de Peretti y Coronado destaca on unos diálogos apasionantes. Cada palabra y gesto entre ambos personajes está cuidadosamente medido, creando una dinámica intensa que es vital para el desarrollo de la trama. Coronado, que interpreta al visitante misterioso, mantiene una presencia inquietante que contrasta con la aparente tranquilidad del escritor, interpretado por Peretti

Este enfrentamiento verbal es el motor de la película y, aunque gran parte de la historia se desarrolla en un solo escenario, una mansión imponente, la interacción entre los personajes evita que la acción se vuelva monótona

Referencias a Hitchcock y el cine clásico

Puntos suspensivos presenta una clara referencia al cine de Alfred Hitchcock, especialmente en su manejo del suspense y los giros inesperados. A través de una serie de engaños, traiciones y revelaciones, la película mantiene al espectador cuestionando continuamente la realidad de lo que ocurre en pantalla.

La película sigue la tradición del cine clásico de los años 30 y 40, donde el diálogo y las interacciones entre personajes tenían tanto peso como la acción visual. Esta elección de estilo es arriesgada en el panorama cinematográfico actual, dominado por el montaje rápido y la acción incesante, pero permite que la historia crezca de forma orgánica

Un tercer acto acelerado y un poco confuso

Aunque la mayoría de los críticos coinciden en que el ritmo de la película es adecuado, el tercer acto sufre de cierta aceleración y vemos como los capítulos finales se desarrollan de manera más breve y brusca en comparación con el resto del filme, lo que puede dar la impresión de una ligera discordancia. Aun así, este cambio de ritmo es comprensible, ya que el desenlace necesita ser climático sin extenderse demasiado

Puntos suspensivos se trata de una obra que desafía las convenciones del cine de suspense contemporáneo al apoyarse en el diálogo, las interacciones calculadas y una estructura narrativa que juega con el espectador. Si bien su ritmo no es del gusto de todos, la película ha logrado destacarse por su atmósfera tensa y el homenaje al cine clásico, todo ello reforzado por las potentes actuaciones de sus protagonistas.

Para quienes disfruten de thrillers psicológicos con giros inesperados y diálogos afilados, Puntos suspensivos ofrece una experiencia cinematográfica diferente y, en muchos aspectos, refrescante. Aunque no es perfecta, su enfoque meticuloso y la atención a los detalles la convierten en una película que merece la pena ver.

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