Joyas del cine mudo: “El abanico de Lady Windermere” de Ernst Lubitsch

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Ernst Lubitsch ha sido uno de los grandes directores de comedia de todos los tiempos. Se inició como cineasta tras la I Guerra Mundial y fue fraguando su estilo con varias aportaciones desde su Alemania natal. No tardó en hacer las maletas y emigrar a Estados Unidos huyendo de un panorama que se tornaba siniestro y atraído por las enormes posibilidades que le brindaba Hollywood.

Mucho antes de que Lubitsch alcanzara la eternidad con películas como Ninotchka, El bazar de las sopresas o Ser o no ser, llevó a la pantalla esta obra de Oscar Wilde titulada El abanico de Lady Windermere. Aun no nos encontramos con su célebre toque en toda su expresión, pero la cinta ya muestra las travesuras del cineasta alemán. Y es que en este caso, tenía mucho ganado al haber acudido a uno de los grandes genios de la literatura. Wilde manejó como nadie los dobles sentidos, la ironía, la acidez y la sátira de la burguesía y la aristocracia de su época.

"¿Dónde estará mi toque?"

“¿Dónde estará mi toque?”

El lenguaje de Wilde es el lenguaje de Lubitsch, como después lo será también de Billy Wilder. Pero antes de que este último se convirtiese en una leyenda de la comedia sofisticada made in Hollywood, tuvo que visionar unas cuántas veces cintas como El abanico de Lady Windermere. Al tratarse de una cinta muda, Lubitsch ha de jugar con el lenguaje visual para trasladar al metraje los juegos de palabras y las sugerencias de Wilde. De esta forma, no es posible disfrutar a fondo de la prosa del célebre escritor irlandés, pero, como contrapartida, podemos asombrarnos de la incipiente capacidad del director alemán para aprovechar los recursos cinematográficos en favor de la comedia.

El abanico de Lady Windermere es una cinta de enredo, una comedia sentimental ambientada en las altas esferas, que avanza muchos de los elementos de la comedia clásica norteamericana. El toque Lubitsch fue incubándose en cintas como esta que se disfrutan con facilidad y cuyos recursos volveremos a ver cientos de veces en la historia del cine posterior.