Las 12 peores superproducciones de la historia (Parte III)

4. Un pliegue en el tiempo: La más reciente adquisición de nuestra lista. Disney perdiendo millones a mansalva con una película que, para ser sinceros, puede llegar a ser divertida vista con un par de cervezas de más. Tras la desaparición de su padre, un científico, tres seres peculiares envían a la joven Meg, a su hermano Charles y a su amigo Calvin al espacio, para intentar encontrarlo. Al menos la adaptación de la novela de Madeleine L’Engle tiene una Oprah Winfrey de 15 metros, que eso no se ve todos los días.

3. Super Mario Bros.: Nuestro querido fontanero en la peor de sus versiones. Todo horroroso. ¿Por dónde empezar? ese clásico dragón villano de los videojuegos llamado Bowser convertido en un señor con el pelo rubio de punta (Dennis Hopper) podría ser un buen principio. Apuntar a esos dinosaurios con gabardina más tontos que las piedras llamados “goombas” tampoco estaría mal. En todo caso, lo peor de Super Mario Bros era atentar de tal forma contra nuestro querido fontanero y convertir al entrañable Yosi en un velociraptor de mirada asesina.

2. Campo de Batalla: La Tierra:Seguro que todos estáis pensando que una película que tiene un John Travolta de tres metros no puede fallar, pero sorpresas te da la vida. Campo de Batalla: La Tierra era tan sumamente ridícula que todavía nos cuesta asimilarlo. En el año 3000 ya no existen ciudades ni naciones, la Tierra es un yermo desolado y la raza humana está a punto de extinguirse. Desde hace mil años, una malvada raza de alienígenas, los Psychlo, aniquilaron las defensas terrestres y esclavizaron a los hombres. El joven Jonni Goodboy Tyler parece ser la única esperanza de la humanidad. Se gastaron una millonada que nunca volvió. Normal, la verdad.

1. Dragonball: Evolution: Después de que generaciones y generaciones de niños del mundo (y no tan niños) creciésemos con las aventuras de Goku y compañía, el director James Wong nos prometía la adaptación cinematográfica que tanto tiempo llevábamos esperando. Hablar de ridícula adaptación sería injusto, dado que cualquier parecido con los dibujos de Toriyama es mera coincidencia. Escapen de ella y sigan comiéndose un bocadillo de nocilla mientras ven la serie animada: Uno de los mayores placeres del aquí firmante.