DC quiere cargarse a otra de sus estrellas

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El proceso de limpia interno que se están marcando James Gunn y Peter Safran es un primor. Los dos nuevos hombres fuertes del universo cinematográfico DC no dejan títere con cabeza. Quieren que todo lo que ocurra en los próximos años esté bajo su control. No quieren herencias que supongan una carga, lo que queda de manifiesto cada vez que se conoce una nueva noticia sobre sus planes.

Ya se han llevado por delante a Superman, Batman, Wonder Woman y una montaña de actores. La transición será drástica, con cambios profundos. Para colmo, todos los últimos estrenos de DC se han saldado con batacazos de leyenda. Un ciclo que se cerrará el próximo 22 de diciembre con el estreno de Aquaman 2, el último proyecto heredado de los anteriores planes de DC.

Las perspectivas no son nada buenas. El panorama no invita al optimismo después de volver a rodaje hasta en tres ocasiones y con los sucesivos retrasos que ello implicaba. Aquaman 2 no pinta demasiado bien. En cualquier caso, de producirse una sorpresa en positivo, podría ser que Jason Momoa salvase su cabeza. Pero la que parece que tiene las horas contadas dentro de DC es Amber Heard.

Después de sus enormes polémicas con el juicio contra su ex marido Johnny Depp, la posición de Amber Heard dentro del universo cinematográfico de DC no podría ser más frágil. De hecho, el personaje de Mera ya ha visto drásticamente reducido su protagonismo de cara a Aquaman 2. En DC tiempo buscando la excusa perfecta para deshacerse de ella y el más que probable fracaso de Aquaman 2 se la va a ofrecer.